Seguramente, desde que reconociste los síntomas de embarazo y lo confirmaste, has estado pensando mucho en tu bebé. El instinto de protección a tu futuro hijo se ha desarrollado ya en ti. Así, cuidar a tu bebé se ha convertido en tu primera prioridad. Por ello tomarás el ácido fólico que te han prescrito diariamente, pues previene la espina bífida. Pero, ¿y los cuidados a la embarazada?
Durante estos nueve meses tu cuerpo va a sufrir grandes cambios. Más allá de la evidente transformación física, y tu mayor sensibilidad, tu actitud y mentalidad también cambian, preparándose para lo que viene. Por ello, los cuidados a la embarazada son fundamentales para hacer esta transición de la manera más positiva posible. A continuación os dejamos una serie de cuidados y mimos básicos que puedes incorporar a tu rutina.
Hidratación de la piel
Como ya imaginas, el rápido aumento de pecho y vientre puede dejar huella en tu piel. Todas las embarazadas solemos tener muy presente la importancia de mantener una correcta hidratación de la piel. Las temidas estrías surgen de dos realidades que influyen casi al mismo porcentaje: la herencia genética y una mala hidratación. Por tanto, no existe un remedio infalible que evite completamente su aparición. En cambio, sí que podemos tener una buena hidratación que reduzca sus probabilidades. Esto se puede conseguir, según la Federación de Asociaciones de Matronas Españolas, con una correcta alimentación (rica en vitaminas A, C y E); ejercicios moderados; beber bastante agua; protegernos del sol y usando cremas y aceites en masaje en las zonas en aumento.
Os daréis cuenta, a medida que vuestro embarazo avanza, que bebéis con más frecuencia. Esta mayor sensación de sed aumentará si dais lactancia materna después. Beber agua y zumos naturales está altamente recomendado. Evita las bebidas con cafeína, refrescos de cola y, por supuesto, alcohol. Recuerda que la embarazada tiene algunos alimentos prohibidos por el bienestar de vuestro hijo.
En cuanto al uso de cremas y aceites, existen algunos específicos de farmacia, aunque tampoco son infalibles al 100%. Mi consejo personal es que toméis la rutina de masajearos pechos y barriga con cremas y aceites cada día durante todo el embarazo (salvo día previo a las ecografías). Podéis usar cremas hidratantes como las de Instituto Español, que consigue hidratar sin dejar pringosa la piel, pues se absorbe rápidamente. Aceites como el de rosa mosqueta también son una buena idea. ¡Incluso podéis hacer una mezcla entre la crema y aceite en vuestras manos antes de extenderla! Estos fueron mis aliados cada noche antes de dormir y me funcionó realmente bien.
Además de la posible aparición de estrías, durante el embarazo puedes tener picores o comezón en las zonas donde la piel se está estirando. Esto suele evitarse también con una correcta hidratación. También, aparecerán cambios en la pigmentación que desaparecen tras el parto, como la línea alba, genitales más oscuros , o «máscara del embarazo».
Una buena protección solar
Entre los cuidados a la embarazada básicos está protegerse del sol. Embarazadas o no, siempre debemos protegernos si vamos a estar expuestos al sol (los melanomas son más comunes de lo que piensas). Durante el embarazo, al tener mayor temperatura y estar la piel de ciertas zonas más estirada, tenemos menos tolerancia al sol y sus efectos. Te puedes quemar con más facilidad, así como deshidratarte.
Utiliza un buen protector solar, factor 30 o más. Evita las horas de mayor incidencia (de 12:00 a 17:00 durante el verano). Si usas bikini, trata de ponerte una camiseta al salir del agua. Escoge un buen sombrero que, además de protegerte te favorezca y disfruta del buen tiempo tomando siempre precauciones.
Ejercicios moderados
Tu matrona ya te habrá recomendado caminar cada día en torno a una hora como mínimo. Nadar o hacer pilates para embarazadas también pueden ser unos ejercicios óptimos. Con ellos no sólo fortaleces el suelo pélvico para el parto, sino que consigues una mejor circulación y que la piel esté más elástica. Así puedes ayudar a prevenir algunos problemas como la aparición de estrías, tobillos hinchados, calambres o varices o arañas en las piernas.
Elevar piernas
Junto con un ejercicio moderado, es conveniente no pasar mucho tiempo en la misma postura, ya sea sentada o parada de pie. Poner en alto tus piernas facilitará tu circulación, haciendo que la aparición de varices o arañas disminuya. Aunque, siendo sinceros, la aparición de éstas también tiene un componente genético, al igual que las estrías.
Usa sujetadores, pero sin varillas
Sabemos que hay ciertos escotes que no permiten todos los sujetadores o que, hay mujeres que se sienten más cómodas sin usarlos. En cambio, el aumento de tus senos hacen más que recomendable el uso de sujetadores durante el embarazo y lactancia. Así evitarás dolores de espalda y previenes la caída del pecho luego.
Pero no cualquier sujetador sirve. Debes invertir en uno que se adapte a tu tamaño actual y que no tenga varillas, pues puede dañar el tejido del pecho, afectando incluso a la producción de leche materna. Un sujetador de tipo deportivo puede ser una buena opción.
Hay madres que buscan durante el embarazo un sujetador de lactancia que aprovechar también tras el parto. ¡Ojo con esto! Aunque tu pecho haya aumentado en el embarazo, no quiere decir que esa sea la talla que tengas luego durante la lactancia. Créeme, te puede aumentar aún más el pecho. Compra los sujetadores pensando en la talla que tienes ahora, ya luego veremos si te sirve en el postparto o debes buscar otro.
Escoger un calzado cómodo
Las torceduras de tobillo son bastante frecuentes en las embarazadas. Equilibrar tu nuevo cuerpo te hace más propensa a caídas. Por eso, otra de las recomendaciones en los cuidados a la embarazada es evitar tacones altos y optar por un calzado cómodo. Elige zapatos que te agarren bien el pie, con cuñas anchas de un par de centímetros solamente.
Evitar actividades de riesgo
Durante estos nueve meses, se recomienda no montar en moto, bicicleta, no hacer equitación, ni kayak o piragüismos, ni deportes de impacto. Debes evitar cualquier actividad en la que haya grandes probabilidades de caída o golpes, pues puede ser fatal para tu bebé. Si practicas alguno de estos deportes, paciencia, ¡nueve meses pasan volando!
Descansa y no hagas esfuerzos
Sabemos que el embarazo no es ninguna enfermedad, aunque puedas tener algunos síntomas que te hagan dudar. Salvo que te lo recomiende un profesional, puedes hacer vida normal con ciertas precauciones. Pero una realidad bastante frecuente es que te sentirás más cansada y soñolienta. No pasa nada, aprovecha y descansa todo lo que puedas. No sólo te estás preparando para el parto, sino para la crianza de tu bebé, que puede ser tan bonita como agotadora.
Invierte tiempo en ti
Aunque tu barriguita te hace mucha ilusión, también hay veces que vas a extrañar planes que hacías antes del embarazo o, aunque suene superfluo, tu cuerpo anterior y la ropa que usabas.
Por eso, pensando en los cuidados a la embarazada y en tu salud mental, ponte actividades que te hagan sentir bien, por superficiales que te parezcan. Invierte tiempo en dar paseos con tu pareja, hablar de vuestras perspectivas de futuro (agradeceréis este tiempo para vosotros en los primeros meses de vida de vuestro retoño). Relájate leyendo, viendo una serie. Ve al cine. Date un masaje. Ponte guapa. Compra ropa. Haz lo que te haga sentir bien.