Prueba para el estreptococos

La prueba para el estreptococos del grupo B se realiza, de forma rutinaria, a todas las embarazadas entre las semanas 36-37. Se trata de una de las últimas analíticas que te realizarán antes del parto. La prueba sirve para detectar los estreptococos B, un tipo de bacteria común de los intestinos y tracto genital inferior que no es ningún problema en las madres, pero que puede causar graves problemas en el recién nacido.

Conocer si la embarazada presenta este tipo de bacteria en su cuerpo antes de que comiencen los trabajos de parto es fundamental, pues, en caso de ser positiva, podría infectar al bebé durante los mismos o el parto. Un bebé recién nacido y con estreptococos B puede acabar con neumonía, meningitis u otras enfermedades graves. Por tanto, prevenir el contagio al bebé es vital para evitar futuras discapacidades o incluso la muerte del niño.

Durante la prueba para el estreptococos se introduce un hisopo, primero, en la vagina de la embarazada y a, a continuación, por el ano. Con este bastoncillo largo se recoge una muestra de células y líquido de la vagina y recto. Esta prueba te la puede hacer la misma matrona en su consulta. Otras veces, el profesional optará por darte el hisopo y explicarte cómo debes hacerla en casa. Sea de una u otra manera, recuerda que esta prueba no requiere ninguna preparación previa, sólo que intentes relajar tus músculos.

Si tu bebé se está haciendo rogar y has tenido que ir a la prueba de las llamadas «correas«, es probable que el ginecólogo que te atienda te mande repetir nuevamente la prueba para el estreptococos. Esto es así porque se considera que tiene una fecha de caducidad. Has podido contraer esta bacteria en el trascurso de tiempo extra que tu hijo a decidido seguir dentro tuya.

Cuando los resultados de la prueba para el estreptococos muestran su presencia, se le administrará a la madre antibióticos durante el trabajo de parto y el parto. Así tu bebé estará siempre seguro.

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