Posiblemente, una de las cuestiones que te plantees durante tu embarazo sea qué tipo de lactancia quieres dar. En una de vuestras visitas a la matrona, ésta te habrá preguntado si quieres darle pecho a tu bebé, pero es probable que haya dejado la explicación sobre los tipos de lactancia para la visita tras el parto. En este post te contamos todo lo que debes saber sobre la lactancia materna.
La lactancia materna consiste en alimentar al bebé con la leche que genera la mamá de manera natural. Según la Asociación Española de Pediatría, la leche materna es la mejor opción en la alimentación del bebé durante sus primeros meses de vida. Esto es así porque se adapta a las necesidades del bebé, cambiando su composición y cantidad de acuerdo a la demanda y edad del bebé. También, con la lactancia materna la madre pasa algunas defensas al bebé que, al ser recién nacido no ha generado aún todas las necesarias, e incluso se cree que reduce el temido riesgo de muerte súbita del bebé. Además de los beneficios que supone la lactancia materna para tu hijo, también genera otros para la madre. Así, ayuda a reducir la probabilidad de sufrir una hemorragia postparto o acabar padeciendo algunos tipos de cáncer.
Los primeros días tras el parto, notarás que produces poca cantidad de leche y que ésta es muy amarilla. No te preocupes, se trata del calostro y, aunque es menos cantidad de la que luego irás produciendo, cubre las necesidades alimenticias de tu hijo. A los dos o tres días del parto, te subirá la leche. Cuando esto vaya a pasar lo notarás enseguida, pues tus pechos aumentarán aún más de tamaño y los notarás duros y molestos. Ten cuidado y asegúrate de que tu hijo te los vacíe o hazlo tú con un extractor de leche. Si no lo haces, puedes acabar con mastitis.
Complicaciones en la lactancia materna
Aunque la lactancia materna tiene muchos beneficios, no nos vamos a engañar, no es sencilla. Es más, para algunas mamás se hace muy cuesta arriba y acaban abandonándola. Os preguntaréis el motivo, si habéis hablado, leído y escuchado a matronas que enumeran los beneficios y ventajas de la lactancia materna frente a la mixta o artificial. Estas ventajas son reales, pero también se dan varias complicaciones en la lactancia materna que muchas veces se obvian. ¿Y cuáles son? La dificultad de lograr el agarre correcto, sangrado o nódulos, entre otras.
- El agarre adecuado. Las matronas te explicarán en el mismo hospital que el bebé no debe succionar únicamente el pezón de la mamá, sino que con su boca debe tratar de abarcar también la mayor superficie de areola posible. De esta manera evitarás dolorosos mordiscos. Si tu bebé empieza bien el agarre pero luego se queda enganchado únicamente del pezón, siempre puedes meter tu nudillo limpio junto al pezón para que lo suele y volver a probar el agarre correcto. En cuanto a la posición de madre e hijo para la lactancia, puedes probar la que os sea más cómoda.
- Sangrado y grietas en el pezón. Aunque a priori puede asustar a la madre, es más frecuente de lo pensado, e inocuo para el bebé siempre y cuando la madre la madre esté sana. Sin embargo, no vamos a negar lo doloroso que puede resultar para la madre lactante, por lo que tratar de evitarlo es la mejor opción. Muchas veces se soluciona con un correcto agarre del bebé. También puedes probar con alguna crema especializada para esto que vendan en farmacia y tras la consulta con tu matrona o médico. Recuerda que no todas las cremas pueden ser ingeridas sin peligro.
- Nódulos. Hay madres que dicen no haberlos sufrido, otras, en cambio, los hemos padecido más de lo que quisiéramos. La realidad es que es algo medianamente frecuente en los primeros meses, mientras que tu cuerpo está regulando la cantidad de leche que debe producir para tu hijo. Pasa cuando algún conducto queda un poco obstruido y genera una sensación de hinchazón, dolor e incluso calor en la zona. La solución suele pasar por vaciar el pecho, bien con vuestro hijo mamando o extrayendo la leche con un extractor. A veces esto no se consigue con un primer vaciado y sigue molestando durante horas hasta que consigues liberar ese conducto totalmente. Para disminuir el dolor puedes probar con masajes hacia el pezón mientras te duchas, o colocando la popular hoja de col o lechuga fresca sobre el pecho.
Trucos para facilitar la lactancia materna
Una buena ayuda puede ser el uso de pezoneras de silicona para amamantar, no importa si tu pezón es grande o invertido, con esto puedes facilitar el proceso y lograr una lactancia materna exitosa. ¡Qué no te importe lo que te digan! Cada maestrillo tiene su librillo y, si esto te funciona, úsalo y no sufras ni te frustres más tratando de lograr un agarre perfecto que a veces se atraviesa.
Tener en casa un extractor de leche tampoco viene mal. Hay madres que, aún consiguiendo un buen agarre, necesitan extraerse la leche sobrante que el bebé no ha mamado para evitar nódulos, o bien porque su baja por maternidad ha finalizado y no tienen la posibilidad de acercarse a su bebé en algún descanso para amamantarlo. La solución pasa por tener un extractor, que puede ser manual, eléctrico o a pilas. Si es automático, tendrá varias opciones de potencia y tiempo, lo ideal es que vayas probando de menos a más, a medida que te vayas acostumbrando. Debes tener siempre en cuenta los tiempos de conservación de la leche.
Las bolsas de almacenamiento de leche son otra gran solución para conservar el excedente de leche que produces y poder alargar la lactancia una vez que quieras ir retirándole el pecho o se te haya ido la leche. La leche que guardes en estas bolsitas puedes congelarla y estará en buen estado durante meses. Recuerda siempre escribir la fecha de extracción en la bolsa para saber cuáles se deben ir consumiendo antes.
También puedes recurrir a grupos de apoyo a la lactancia materna y, por supuesto, a tu matrona.