Una de las primeras cosas que te preguntará la matrona será la fecha de tu última citología. Pero, ¿por qué es tan importante tener un test de Papanicolau reciente de la futura mamá? Conocer cómo se encuentra la mamá y prevenir infecciones que pueden causar graves daños en el feto es esencial.
Como sabéis, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomienda que, como mínimo, toda mujer mayor de 25 años se haga una citología. Tras esto, y para tener un control preventivo correcto, se aconseja repetir la prueba cada tres años hasta cumplir los 30, o cada cinco después de tener esta edad. Esta insistencia no es por capricho, pues la citología es una prueba con la que se puede prevenir enfermedades como el cáncer del cuello del útero, y analizar infecciones causadas por bacterias, hongos o virus, como el Virus del Papiloma Humano, más común de lo que pensamos.
Aun así, muchas mujeres no se han hecho nunca una citología por miedo o vergüenza. Escuchar que estás sana y para qué vas a ir a enseñarle hasta el alma a la matrona es común. Incluso quererse negar cuando el profesional al que le toca hacer la prueba es un hombre. Recuerda que, se trate de un hombre o una mujer, ginecólogos y matronas son profesionales que tratarán de hacerte sentir lo más cómoda posible. ¡Que no te de apuro! La prevención es una clave para la salud.
A las mamás que ya os habéis hecho una citología antes, ya tenéis experiencia, consultad la fecha de vuestra última prueba y habladlo con vuestra matrona. Para las que vais a enfrentaros al Papanicolau por primera vez, os explicamos en qué consiste el proceso.
Primero la mujer se acuesta en la camilla y pone las piernas en las perneras, adoptando la posición de litotomía. El profesional introducirá un espéculo para conseguir la apertura necesaria para poder tomar muestra, con una espátula y cepillo, de las células de la vagina y cuello uterino que posteriormente serán analizadas en el laboratorio. Se hacen tomas de las paredes vaginales o del exudado vaginal, del exocérvix y del endocérvix.
La toma de muestras es completamente indolora y así lo encontrarás en cualquier web que consultes, en cambio, la opinión de la mayoría de las mujeres es que la introducción del espéculo puede ser molesta. Para mí, la sensación es como si usaran el gato de un coche y tocaran el pulsador para levantarlo. Te recomendamos tratar de relajar los músculos lo más posible y seguir las indicaciones del profesional sobre dónde colocarte exactamente.