Realizar la prueba de la glucosa en el embarazo es esencial. Hay embarazadas que ya presentaban una diabetes previa a su nuevo estado, éstas serán controladas por la matrona desde el primer momento y recibirán unas indicaciones específicas. Otras, en cambio, desarrollan la llamada diabetes gestacional. Se trata de mujeres que nunca antes habían sufrido diabetes pero que, durante el embarazo, han acabado generándola al no producir suficiente insulina. A veces, puede ocurrirles en más de un embarazo.
La diabetes gestacional puede causar problemas a madres e hijos, por lo que saber si se está produciendo en el embarazo y controlarla son claves. Las consecuencias de la diabetes gestacional pueden ser bebés excesivamente grandes, dificultando el parto y aumentando las posibilidades de cesárea; preeclampsia por alta presión arterial (con grave riesgo para la madre especialmente en el trabajo de parto); o hipoglucemia (bajos niveles de azúcares en sangre). Para poder controlar si se está produciendo diabetes gestacional se realizan las siguientes pruebas de la glucosa:
Test de O´Sullivan:
Se hace a todas las embarazadas durante la analítica del segundo trimestre, en su centro de salud más cercano. La idea es ver cómo actúa el cuerpo ante una ingesta elevada de glucosa.
Tras una primera extracción de sangre en ayunas, se dará a la futura mamá una sobrecarga oral con 50 g de glucosa que deberá beber medianamente rápido. Una vez bebido, cronometrará una hora en reposo y volverán a extraerle sangre. Un resultado negativo será inferior a 140 md/dl de glucosa en sangre, si la cifra que obtienes es igual o superior, se mandará una prueba de la glucosa más específica.
Este test resulta molesto a muchas embarazadas, pues el zumo que te dan a beber provoca náuseas en algunas. Normalmente no escucharéis nada positivo al respecto según la experiencia de las madres que te lo cuentan, lo cual hace que el día de la prueba vayas llena de recelo y con cierta aprensión. En cambio, y dándote mi opinión personal, te diré que no es para tanto, suele tratarse de un pequeño botellín con sabor a zumo de naranja que resulta empalagoso, sí, pero sin llegar a ser vomitivo. Así que ánimo, piensa que todos estos esfuerzos merecen la pena por la salud de tu bebé y la tuya propia.
Test de Tolerancia Oral a la Glucosa (TTOG):
También conocido como “la curva larga”. Esta prueba de la glucosa se suele realizar entre las 24 y 28 semanas de gestación sólo a aquellas embarazadas que hayan dado positivo en el test de O´Sullivan. Este test no se hace en ambulatorios, por lo que deberéis acudir al hospital de día que os corresponda, sabiendo además que su realización tarda tres horas.
Al llegar al hospital en ayunas os sacarán sangre y, normalmente, os dejarán una vía puesta ya que tendrán que repetir la extracción de sangre tres veces más. Tras esta primera extracción, os darán a beber una sobrecarga oral con 100 g de glucosa. Al igual que hicisteis en el test de O´Sullivan, deberéis tomarla medianamente rápido. Una vez tomado tendréis que esperar en reposo una hora, avisando para que os vuelvan a sacar sangre. A las dos horas de haberlo tomado se extrae sangre nuevamente, repitiendo esta operación a las tres horas.
Si la especie de zumo que os dieron en el test de O´Sullivan os resultó empalagoso, pensad que este combinado tiene el doble de glucosa, eso sí, el sabor esta vez varía de naranja a limón para que ese punto ácido te lo haga más tragable. Nuevamente, ¡mucho ánimo y paciencia! Te aconsejamos que te lleves un buen libro o alguna actividad que puedas hacer sentada y sin molestar a otros pacientes. La confirmación de diabetes gestacional con este test supondrá unas medidas de control a la embarazada. Muchas veces, con unas dietas específicas y ejercicio basta. Si es más grave, te pueden llegar a recetar insulina. Si los resultados han salido positivos, consulta con tu especialista inmediatamente, él te explicará los pasos a seguir ante esta situación.