Síntomas en las embarazadas

Quizás acabáis de descubrir que vais a ser padres, el test de embarazo ha salido positivo. Empezáis a haceros idea de vuestra nueva vida, los cambios que necesita vuestro hogar o a imaginar si sacará los ojos de su madre o la boca de su padre. Pero antes de todo esto, en la futura mamá se están generando una serie de cambios para albergar esa nueva vida. Estos cambios crean una serie de síntomas en las embarazadas que suelen llenarla de dudas: ¿son normales? ¿Cuánto duran ? ¿Otras mujeres también los han sentido?

Si bien es cierto que cada mujer es un mundo y cada embarazo es diferente, os dejamos una lista de síntomas en las embarazadas que suelen ser frecuentes y los trimestres del embarazo en los que suelen aparecer. ¡Seguro que a lo largo de estos nueve meses sientes algunos!

Síntomas en las embarazadas durante el primer trimestre:

Sangrado de implantación. Ocurre alrededor de una semana después de la fecundación. Se produce por la implantación o anidación del óvulo fecundado en la pared interna del útero. Genera un leve manchado similar al de final de menstruación. Aunque se trata de uno de los primeros síntomas en las embarazadas, hay ocasiones en las que es tan leve que no llegan a identificarlo o lo confunden con una regla débil.

Sensación de gases. Muchas veces se trata del primer síntoma que aprecia la futura mamá. Es una ligera molestia en el bajo vientre, similar a la sensación de gases acumulados pero que no consigues eliminar. No te preocupes, sólo durará un par de días.

Mayor sensibilidad e hinchazón de pecho. Aún sin saber si estamos embarazadas, empezamos a notar muy sensible el pecho, de repente, cualquier roce puede volverse doloroso y tenemos cierta hinchazón, aunque sin ser aún un claro aumento de la mama. Esta sensación se aplacará pronto, pese al aumento que notarás en el pecho. Eso sí, si estás pensando en amamantar a tu hijo, prepárate para la subida de leche, ahí sí que tendrás gran sensibilidad en el pecho. Ve buscando también sujetadores adaptados a tu nueva situación.

Emotividad a flor de piel. El embarazo supone un aumento de progesterona, necesitas esta hormona para evitar las contracciones de tu útero y que te pongas de parto antes de tiempo. Como ya habrás escuchado, las hormonas en revolución te hacen tener los sentimientos más vivos de lo habitual. Hasta que tu cuerpo se acostumbre a esta nueva situación, es normal que llores o te enfades con mayor facilidad de lo que era habitual en ti. No pasa nada, desahógate y no reprimas tus emociones. Eso sí, recuerda que tu estado anímico también afecta al bebé, así que intenta mantenerte optimista y de buen humor.

Ausencia de menstruación. Posiblemente el síntoma más obvio y esperado. Es cierto que suele ser lo más frecuente, sin embargo, hay embarazadas que siguen teniendo la regla durante el embarazo y otras que presentan leves sangrados durante los primeros meses. Si te ocurre esto último, bienvenida al club, hay más casos con leves sangrados durante los primeros meses de embarazo de los que crees, y no tiene porqué significar que algo malo le suceda al bebé. Pese a ello, si es tu caso, acude inmediatamente al ginecólogo, ¡más vale prevenir que no lamentar!

Cansancio. Todos los cambios que están produciéndose en tu cuerpo te pasan factura y es común que te sientas más cansada los primeros meses de embarazo. Una caminata que antes hacías a cierta velocidad y sin dificultad se te hace pesada. Es natural. Tu cuerpo se irá acostumbrando y sólo basta con adaptar un poco tu ritmo habitual a la nueva situación. Revisa igualmente tus analíticas, es frecuente que durante el embarazo se bajen los niveles de hierro, escucha las recomendaciones de tu médico para evitar caer en una anemia.

Sueño. Una de las consecuencias de este cansancio es el sueño, que es uno de los síntomas en embarazadas más comunes de los primeros meses, así que no pienses que te vas a transformar en un oso perezoso. Siempre que puedas, aprovecha y descansa. Cuando el bebé nazca no podrás tener tu ritmo de sueño como antes.

Mayor sensibilidad de los huesos de la cadera. A veces estar tumbada sobre un lateral te molesta en el hueso de la cadera. Aunque sabes que la cadera se irá abriendo en los últimos meses del embarazo para facilitar el parto, no esperas que estas molestias sean sentidas en el primer trimestre. En cambio, es relativamente frecuente, así que intenta adquirir una postura cómoda. Una buena idea puede ser el uso de cojines de lactancia o almohadas en las piernas para dormir.

Náuseas. Otro de los síntomas más populares. Sin embargo, hay embarazadas que no las llegan a tener y otras que las sufren de manera exagerada durante los nueve meses. No te agobies, lo común es que, si te suceden, duren sólo el primer trimestre. Si son muy frecuentes y las llevas muy mal siempre puedes pedirle a tu matrona que te recete un medicamento para las mismas e inocuo para el embarazo, o recurrir a remedios más caseros como comer algo antes de levantarte lentamente de la cama, las galletitas de jengibre, el pan o las limonadas. A mí comer un poco de pan me ayudaba mucho.

Los limones y el jengibre ayudan contra las náuseas.

Antojos. Quizás uno de los síntomas en las embarazadas más famosos junto con el anterior. Aunque no se sabe bien su origen, puede estar relacionado con carencias nutricionales. Habréis escuchado a otras madres todo tipo de antojos, desde atiborrarse a helado o chocolate (aquí hay más gula que necesidad nutricional. Contrólate y come sano); a algunos tan llamativos como la cáscara de huevo, tiza o yeso. ¡Cuidado con estos! No se trata de antojos sino de un trastorno alimenticio llamado pica o alotrofagia. Si lo estás sintiendo, consúltalo con el médico pronto.

Cambios en la presión arterial. Hay embarazadas que pueden generar hipertensión, con los peligros que eso genera en madre y bebé. Por eso, su control es importante a lo largo de todo el embarazo.

Sentido del olfato más agudizado. Es uno de los súper poderes de las embarazadas. Comenzarás a detectar olores a mayor distancia o antes que los demás, también los notarás con mayor intensidad. Hay embarazadas que acaban odiando perfumes que antes usaban o los olores de ciertas comidas que antes eran sus favoritas. No pasa nada, es algo transitorio. Baja las dosis de perfume de tu pareja y tuyas, además es buena idea que el bebé vaya identificando el olor natural de sus progenitores desde la barriga.

Cambios en el apetito sexual. Es uno de los síntomas en las embarazadas de los que no suele hablarse, pero que pueden pasar. El cambio hormonal así como la aparición de algunos síntomas más molestos pueden hacer que tu deseo sexual se vea aumentado o disminuido respecto a lo habitual anteriormente. Esto puede ser cambiante a lo largo del embarazo. Es normal, ya volveréis a vuestra rutina como pareja, y mientras duren estos cambios, sed pacientes y comprensivos y aprovechad para descubriros más en esta materia.

Síntomas en las embarazadas durante el segundo trimestre:

Cabello más bonito. Los cambios hormonales se notan en tu físico, más allá del lógico aumento de pecho y barriga. Uno de esos cambios afecta al cabello, que se vuelve más sedoso y sufre una menor caída y encrespamiento. ¡Aprovecha estos meses para lucir pelazo!

Aumento del flujo vaginal. La sensación de humedad te acompañará en estos meses. Mientras que sea de color blanquecino o lechoso, sin picor ni olor no debes de preocuparte.

Cambios en la piel. Al igual que tu cabello cambia, tu piel también lo hace por el efecto de las hormonas. Así pueden aparecerte granos o, en cambio, desaparecer los que tenías. La piel también cobrará una tersura diferente, se verá más iluminada. Y es que el embarazo puede llegar a sentarnos muy bien.

Aumento de vellosidad. No le ocurre a todas las embarazadas, pero algunas sí que sufren la aparición de más vello, como en la zona donde luego se formará la línea alba. Esto es también consecuencia de las hormonas. No te preocupes, esos pelillos se irán solos al igual que aparecieron.

Menor resistencia al sol. Sabemos que siempre debemos protegernos la piel cada vez que vayamos a estar expuestos al sol, esto reduce manchas, arrugas y enfermedades. Pues bien, ahora que esperas un hijo, intensifica esa protección de la piel pues te puedes quemar con más facilidad que antes, es uno de los síntomas en las embarazadas del que menos se habla, pero que afecta a todas.

Mayor facilidad de generar problemas bucales. Los cambios en nuestro cuerpo y los nutrientes básicos que absorbe el bebé puede acabar afectando a tus dientes. Es frecuente la gingivitis por la hinchazón de las encías o la aparición de caries por falta de calcio durante el embarazo. Además, la excusa de los antojos a veces genera una peor alimentación en la madre, ayudando a algunos de estos problemas. Cuida tu boca y acude a tu dentista a una revisión durante este período.

Cambios en tu ciclo digestivo. Es bastante común que, a medida que el útero crece, el aumento de presión sobre los intestinos provoque estreñimiento. Intenta mantenerte hidratada, come alimentos con fibra y anda, eso te ayudará. Además, la ingesta de algunos suplementos como el hierro (siempre que te lo hayan recetado los profesionales) puede ayudarte a volver a tu regularidad. De todos modos, si estás padeciendo un estreñimiento llamativo, consúltalo con tu matrona o ginecólogo.

Aumento del pezón y glándulas de Montgomery. Alrededor de la semana 15 empezarán a generarse leche, dando como resultado el aumento visible del pezón y las glándulas de Montgomery, que son los bultitos que están en las aureolas, que también aumentan su tamaño y se oscurecen. Aunque la producción de esta leche es reabsorbida por el cuerpo, hay embarazadas que segregan leche, esto es galactorrea y debes consultarlo con tu matrona por si acaso.

Frecuentes ganas de orinar. Durante el embarazo nuestros riñones trabajan más, produciendo más orina. Además, a medida que el bebé aumenta su tamaño, tus órganos se desplazan para hacerle sitio, quedando algunos más oprimidos de la cuenta. Esto afecta también a tu vejiga, que ve reducido su aguante habitual. Si la necesidad te apremia en un lugar público, recuerda tomar las medidas oportunas para evitar contraer infecciones de orina.

Hierro bajo. En el embarazo las necesidades de este mineral aumentan. Es muy frecuente que en las analíticas del segundo trimestre se descubra que la madre tiene el hierro bajo o una leve anemia ferropénica. Esto explica tu mayor cansancio y palidez. No te preocupes, se te mandará un suplemento diario que refuerce la ingesta de hierro. Estos suplementos pueden tomarse en forma de capsula, ampolla o polvos licuados en agua. Su sabor, no te mentimos, es bastante malo, pero es importante que afrontes el parto con energía. Si te han detectado hierro bajo o anemia, es muy probable que tras el nacimiento de tu hijo te sigan recetando un suplemento durante un par de meses para que te recuperes, más después de la pérdida de sangre en el parto.

Ciática. Cuando ya empiezas a tener una barriga notable, el desplazamiento de órganos y la nueva postura corporal que adaptes puede acarrear esta dolencia que en algunas embarazadas llega a extenderse hasta el pie. El 35 % de las embarazadas la sufrirán en algún momento. Para prevenirla, mantente activa e intenta adquirir una postura correcta.

Acidez de estómago. También provocado por el desplazamiento de órganos para hacer sitio a ese bebé que no para de crecer dentro de ti. Si te ocurre, háblalo con tu matrona.

Síntomas en las embarazadas durante el tercer trimestre:

Menor capacidad pulmonar. En el desplazamiento de órganos, y ya entrados en los últimos meses de embarazo, el diafragma subirá de su posición habitual, comprimiendo más los pulmones que tendrán menor capacidad pulmonar. Ciertos ejercicios o posturas te darán sensación de ahogo, así que trata de adaptar el ritmo a ti y mantener una posición más elevada del pecho mientras duermes.

Más calor. La producción de la progesterona y la mayor actividad metabólica que produce el crecimiento del bebé hacen que tu temperatura aumente, volviéndote más calurosa. Si tu máximo exponente de embarazo cae en el verano, el ventilador y piscinas y playas serán tus aliados. Si por el contrario te ha caído en invierno, no tendrás problema por llevar tus abrigos pre embarazo abiertos.

Insomnio. Se suele dar en las últimas fases del embarazo, cuando el tamaño de la barriga es bastante abultado y sentimos a la perfección todos los movimientos que nuestro hijo realiza. Buscar una postura cómoda para dormir se convierte en toda una odisea amén de las visitas al baño que tendrás que hacer por la noche. Volvemos a lo mismo, son fases y esto es el claro anuncio de que la espera pronto terminará, ¡paciencia!

Hinchazón de tobillos y pies. Afecta a muchas mujeres en las últimas fases del embarazo. Sucede porque el cuerpo retiene más líquidos, además, la presión que ejerce el útero sobre las venas afecta a la buena circulación de tus extremidades. Para mitigarlo, no permanezcas a pie quieto mucho tiempo, duerme sobre el lado izquierdo, haz ejercicio y túmbate con las piernas en alto.

Aumento del número de calzado. Efecto del síntoma anterior, muchas embarazadas se ven obligadas a cambiar su número de calzado en los últimos meses de espera. El aumento de peso también hace que se pierda un poco de puente en el pie, alargando éste. Busca unos zapatos cómodos y combinables para hacer frente a estos meses. Tras el parto lo normal es que vuelvas a entrar en tus zapatos favoritos.

Torcedura de tobillos. El aumento de barriga tan rápido en el embarazo afecta a tu equilibrio. Tu espalda sufre buscar nuevas posturas con las que reequilibrarte y empiezas a tomar ese andar de patos tan típico de las embarazadas. En este momento, las torceduras de tobillos son habituales, no estando exenta de una posible caída. Ten cuidado, evita los tacones y, si sales en compañía, aprovecha ese nuevo punto de apoyo.

Aparición de la línea alba. Se trata de la línea oscura que sale entre el ombligo y el pubis. La intensidad de su color varía según la pigmentación de la piel de la madre. Se cree que su aparición se debe a los cambios hormonales que sufre la embarazada.

Ombligo sacado. El aumento de barriga y estiramiento de tu piel hacen que, llegado el momento, tu ombligo quede totalmente plano o incluso sacado, como un botón. De su recuperación y otros te hablamos en los cambios físicos del postparto. 

Aparición de pecas en el pecho. Durante estos últimos meses es probable que te aparezcan pecas en los pechos, pese a no haber estado expuestos al sol. Es normal, producto también de las hormonas. Algunas de estas pecas desaparecerán tras el parto.

Hemorroides. No tienen porqué aparecer durante el embarazo, aunque es cierto que suelen ir de la mano del estreñimiento, si es que lo estás padeciendo durante el embarazo. Los esfuerzos del parto también pueden hacer que aparezcan. Tranquila, es algo transitorio.

Mayor pigmentación en genitales e hinchazón. En las últimas semanas notarás que, además de oscurecerse tus genitales, tus labios están más hinchados y grandes. Es normal, se debe a la relajación hormonal que provocan las hormonas, que vuelven más elástica la zona, favoreciendo el parto.

Contracciones de Braxton Hicks. Son las llamadas «falsas contracciones». Aunque pueden ser muy molestas, son menos dolorosas que las que sentirás en el momento de ponerte de parto, además tienen una periodicidad irregular y no aumenta su intensidad con el tiempo. Si las notas, prueba a beber un vaso de agua o a tumbarte e intentar relajarte. Si de veras te has puesto de parto, las contracciones irán en aumento y no desaparecerán por acostarte.

Pérdida del tapón mucoso. Se da en las semanas, días o incluso horas previas a ponerte de parto. Es de color amarillento y puede salir acompañado de un poco de sangre, aunque también hay muchas embarazadas que no nos hemos percatado de su salida. De cualquier modo, es señal de un pronto parto.

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